domingo, 27 de enero de 2013

Stavanger, la capital noruega del petróleo



El 10 de julio del año pasado, en nuestro periplo por los fiordos con el MSC Magnífica, hicimos una escala de ocho horas en Stavanger, ciudad de 120.000 habitantes conocida como la capital noruega del petróleo. Ocho horas que aprovechamos al máximo y en las que nos dio tiempo a recorrer los principales puntos de interés de la ciudad. Aunque por tiempo no tuvimos la oportunidad, desde Stavanger se puede realizar una las excursiones más famosas de todo el país: la subida a El Púlpito (Preikestolen), una formación rocosa situada en el fiordo Lyse a la que se accede a través de senderos de montaña.

Imágen de El Púlpito, de la web www.regionstavanger.com
Sobre las nueve de la mañana y después de desayunar en el buffet del barco, nos lanzamos a hacer una primera incursión en esta pequeña ciudad del Mar del Norte, la cuarta más poblada de toda Noruega. Durante cerca de una hora, nos dedicamos a visitar el casco antiguo, conocido como Gamle Stavanger. Esta zona aguarda la colección de edificios de madera más antigua de toda Europa:173 casas de madera blancas que fueron construidas a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Casco histórico, Gamle Stavanger



Después de un primer paseo de reconocimiento, dentro de esta misma zona (Gamle Stavanger) visitamos el The NorwegianCanning Museum: el único museo de conservas de todo el mundo. Aquí se puede ver el proceso de la industria conservera y la utilización del aceite español (Carbonell). Su interior, curioso y organizado de una forma muy práctica y didáctica de cara al visitante (puedes probar tú mismo y demostrar tu destreza enlatando sardinas de goma), data de entre 1880 y 1930. En él, se solían llevar a cabo tres procesos: fabricación de latas, fabricación de albóndigas de pescado y cocción y enlatado de sardinas.  Hay días (ver web) que cocinan las sardinas como antaño y las dan a probar entre los visitantes.

Posteriormente y antes del mediodía, visitamos gratuitamente (y en 15-20 minutitos), gracias al ticket del Canning Museum, el Norwegian Printing Museum, que está situado al final del puerto. Un lugar imprescindible para los amantes de las artes gráficas, dónde podrán contemplar sus inicios y evolución. Hay ejemplos reales de liniotipias, tipos móviles y Gutenberg y Heidelberg, entre otros.   
Museo de las conservas (Norwegian Canning Museum)
Más tarde, nos acercamos hasta la conocida como plaza del comercio, la Catedral de Stavanger (catedral, en noruego, domkirken) y el lago Breiavatnet, que está justo detrás de la catedral y tiene un surtidor en el medio. Callejeamos por el centro comercial de la pequeña ciudad por Laugman Strand (strand, calle), hasta llegar a la Calle Skagen. Aquí paramos a tomar algo en una bonito café estilo vintage: Skagen Bageri (o Kafe Bageri). Ideal para un break y, si hace fresco, entrar en calor con un café o chocolate. 

Cafetería Skagen Bageri (o Kafe Bageri)

Después de este pequeño y delicioso break y perdiéndonos por las calles de Stavanger, llegamos, sin saber muy bien cómo, hasta el conocido Nothing Hill noruego: la calle Orre Holmegate, una vía peatonal con adoquines y casas de diferentes y llamativos colores. Aconsejo no perderse esta pequeña y colorida calle, que alegra a cualquiera nada más llegar a ella. De ahí, y justo antes de entrar en el Museo del petróleo de Noruega, visitamos el Geopark. Dirigido a los niños (a pesar de las tentaciones que algunas instalaciones puedan provocar en los adultos, como una superfície de gigantes pelotas de goma de color rojo), éste es un espacio urbano experimental que prueba nuevas vías de reutilizar el petróleo y cuenta con instalaciones fabricadas con elementos reciclados de esta sustancia oleosa.
Geopark, con materiales reutilizados del petróleo (al lado del museo del petróleo)

El museo del petróleo (Norsk Oljemuseum) probablemente sorprenda a más de uno. Yo fui la primera. Mientras que los mayores aprenderemos y descubriremos las características de un recurso tan utilizado como desconocido; los más pequeños se lo pasarán pipa. De una forma totalmente interactiva e interesante (que incluye carteles en inglés y un folleto en castellano), el centro explica a los visitantes la historia del petróleo en Noruega, además de sus usos, composición... Y es que el petróleo del Mar del Norte ha enriquecido a Stavanger desde 1970 (sí, desde hace relativamente poco). Además, en él se pueden ver las estructuras de diferentes bases petrolíferas, entrar en una cápsula de seguridad y enterarse del día a día (actividades, comidas, vacaciones...) y del bienestar de las personas que trabajan en las bases petrolíferas.

Maqueta del museo del petróleo
Para acabar la jornada, nos dirigimos hacia los antiguos almacenes del muelle Skagen (típicos de postal) y nos acercamos hasta la Torre Valberget, un antiguo puesto de vigilancia convertido ahora en una galería de arte moderno privada. De allí, volvimos a la plaza del comercio. Por cierto, hay wifi en los alrededores del Burger King. De ahí, paseamos hasta el barco. Justitos, pero llegamos a la merienda en el buffet libre, que era hasta las 16.30 horas (con unos ricos sándwiches de jamón york y queso, entre otros bocados). 

A las 17.00 horas, fuimos a despedirnos de Stavanger en la cubierta 16 del Magnífica. Más tarde y antes de la segunda cena de gala y del buffet de medianoche (que ya expliqué en el post Una semana a bordo del MSC Magnífica), dedicamos un rato de lectura y a darnos un baño en los jacuzzis de la piscina cubierta La Grotta Azzura.
Antiguos almacenes del muelle Skagen

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